La tarea educativa de hoy no puede realizarse sin reflexionar sobre un tema que desde hace varios años se viene discutiendo y analizando en todos los ámbitos y niveles del sistema educativo: la inclusión de las nuevas tecnologías de la información y comunicación en la escuela.
El acercamiento de los niños y las niñas a las nuevas tecnologías suele darse como una situación o actividad extraescolar. Mientras que en el aula un niño resuelve una situación problemática manifestando dificultades en la comprensión y en el uso de estrategias de resolución, en su casa es capaz de “pasar” todos los niveles del último juego que está a la moda, enfrentándose a obstáculos cuya superación implica realizar operaciones mentales complejas y poner en práctica habilidades propias del uso de softwares y juegos.
Para realizar una introducción significativa de las nuevas tecnologías resulta necesario cuestionar los principios teóricos que sustentan las prácticas educativas y consensuar la adopción de una perspectiva multidisciplinaria que permita entender a las tecnologías como un medio y no como un fin en sí mismo.
En este escenario complejo y multidimensional, el docente no sólo debe conocer y saber usar las nuevas tecnologías, sino que también debe saber acercar las mismas a los alumnos.
El educador como mediador entre los alumnos y el conocimiento “… actúa siempre en el terreno del conflicto utilizando estrategias conciliadoras. En el caso educativo la cosa es más compleja y sutil, porque el mediador no sólo deber ser capaz de resolver conflictos (…); también debe ayudar a crearlos”[1].
Esta afirmación que realiza Alejandro Piscitelli hace referencia a una doble tarea que tiene el docente. Por un lado, debe resolver los conflictos suscitados por la diversidad de intereses de los educandos, de la institución, de la familia, de la sociedad… Pero a su vez, debe crear conflictos cognitivos en sus alumnos, sembrando dudas, incertidumbre y curiosidad intelectual.
De esta manera, los procesos de enseñanza y aprendizaje actuales exigen instaurar una reflexión crítica sobre la inclusión de las NTIC’s y analizar los dilemas que imponen a la tarea educativa.
En síntesis, cabe pensar la inclusión de las NTIC’s desde una lógica constructivista que no solo posibilite procesos de enseñanza y aprendizaje significativos sino también la adopción de un estilo comunicativo que le permita a los docentes conectarse con las emociones de los alumnos, sintonizar con ellos. Es decir, un estilo que ayude a implicar a los nativos digitales en la comprensión de los cambios producidos en el contexto social.
[1] Piscitelli, Alejandro (2009), Cap. 7 “De los grandes maestros a los grandes mediadores. Diseñando el paradigma de los docentes web 2.0” en Nativos digitales: dieta cognitiva, inteligencia colectiva y arquitecturas de la participación. Buenos Aires, Santillana, pp. 175-198.
Me parece muy interesante esta idea que planteas de las capacidades que demuestran los alumnos fuera de la escuela en el uso de tecnologías, claramente el desafío es aprovechar ese potencial para la construcción de conocimiento y la integración del saber escolar con el contexto. Esto permite además otorgarle sentido al conocimiento escolar
ResponderBorrarTe felicito por este espacio, las primeras publicaciones han sido muy interesantes